Lunes
A veces, cuando me siento en el tacho, siento que no soy yo. No es porque sienta que me desdoblo, sino porque a veces siento que debería hacer otra cosa. debería SER otra cosa...
Mi opinión acerca de las "editoriales de Autopublicación"
Cuando Stephen King publicó Carrie, en la década del ’70, envió el manuscrito a varias editoriales y recibió cartas (y los manuscritos) con cartas alentando a seguir escribiendo. Finalmente, fue aceptada por una editorial, New American Library, y se imprimieron unas 30.000 copias.
La Niebla De Agosto
En Buenos Aires, cuando el invierno golpea con su helada indiferencia, la ciudad adquiere un aire distinto, pesado, como si la misma atmósfera se volviera densa, casi palpable. Aquel Agosto de 2021 traía consigo un frío que no solo cala en los huesos, sino que te congela el alma, te deja vacío por dentro. Era el tipo de frío que se mete por debajo de las ropas, que te hace temblar sin piedad, el que convierte los adoquines de San Telmo en trampas traicioneras, cubriéndolos de una fina capa de hielo que parecía esperarte con una sonrisa macabra. En cada esquina, el vapor de los alientos se alzaba como una niebla fantasmal, flotando en el aire denso, difuso, como si la ciudad misma estuviera respirando en su propio exilio, negada a dejarse arrastrar por el bullicio que la caracteriza en otras épocas del año.
Blusas de regalo...
Una mañana decidí tomarme el día en el tacho; era el día del cumpleaños de la patrona. Entonces, encaré para Avellaneda (la calle, no la ciudad) porque allí está la ropa que a ella le gusta. La patrona es de gustos sencillos, ya le conozco la mirada. Además, tenía la noche lista, cine, cena y después, donde ella quisiera.
Primera noche...
Después de una mañana agitada en las calles de la ciudad, decidí tomarme un breve descanso en mi bar favorito. El olor a café recién hecho y la promesa de un buen sándwich me guiaron hacia una mesa en la esquina.
En el tacho
El sonido de la lluvia golpeaba rítmicamente el techo de mi taxi mientras conducía por las mojadas calles del centro. Mi destino era el café de siempre, mi refugio, donde la mezcla de aromas de café y conversaciones ajenas creaba una sinfonía reconfortante.
Juntos, pero solos
A veces, además de escribir estos relatos ficticios que me surgen así nomás y de manera automática, tengo ganas de escribir lo que me pasa.
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