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Kilómetro cero del alma…


Cuando uno lee a los demás, no hay filtros, pero me di cuenta de algo: siempre leo a los afligidos, a los preocupados, a los tristes. Nuca al ganador de un premio o a quien dio su primer beso, o quien al fin se embarazo, lleno de dicha.

La Patrona me dejó un mate frío...


Como cada día, seguí las reglas autoimpuestas de cada día, me levanto, me aseo, me visto, me tomo un café, beso a la patrona y después me voy a lavar el auto, como cada día.

Lunes


A veces, cuando me siento en el tacho, siento que no soy yo. No es porque sienta que me desdoblo, sino porque a veces siento que debería hacer otra cosa. debería SER otra cosa...

Blusas de regalo...


Una mañana decidí tomarme el día en el tacho; era el día del cumpleaños de la patrona. Entonces, encaré para Avellaneda (la calle, no la ciudad) porque allí está la ropa que a ella le gusta. La patrona es de gustos sencillos, ya le conozco la mirada. Además, tenía la noche lista, cine, cena y después, donde ella quisiera.

Primera noche...


Después de una mañana agitada en las calles de la ciudad, decidí tomarme un breve descanso en mi bar favorito. El olor a café recién hecho y la promesa de un buen sándwich me guiaron hacia una mesa en la esquina.

En el tacho


El sonido de la lluvia golpeaba rítmicamente el techo de mi taxi mientras conducía por las mojadas calles del centro. Mi destino era el café de siempre, mi refugio, donde la mezcla de aromas de café y conversaciones ajenas creaba una sinfonía reconfortante.

veintipocos


Lo recuerdo bien. Estaba manejando cuando me cayó una idea como un rayo. UN LIBRO. Resulta que era nuestro aniversario y ella, gran lectora, nada que ver conmigo, llevaba años sin leer nada nuevo. Así que, conociendo un poco sus gustos, entré en una librería, de esas nuevas tipo boutique donde hasta te podés tomar un café. Doble placer: comprarle algo a mi dueña, y tomarme el sempiterno.

"Todo pasa, nena"

Lo recuerdo bien. fue un día difícil de poco pasajero. mucha vuelta, viajes largos con pasajeros que no hablaban y luego, en medio de la nada, volver solo a Capital... Entonces terminé medio temprano, no quería hacer sufrir al auto al pedo, así que corte medio temprano. cuando volvía de un viaje largo, apagué el reloj y me metí en el primer bar que encontré. Ya se estaba haciendo de noche, en invierno, las noches llegan más rápido que el café a la mesa.

Sábado de cine y series…

Me agarro el viejazo, que se le va a hacer. Cuando pasas de los 50, tenés derecho, viejo…

madrugada de Lavadero



Recuerdo un día en que la tristeza me ganó. No soy un tipo de mostrar sus emociones. Ese día, Salí con el tacho, temprano. Pasé por el lavadero de siempre y me senté en el barcito que estaba vacío, por la hora a la que arrancan a trabajar. Fui el primer cliente del día y me dijeron que como “premio”, me lavaban las alfombras gratis. Agradecí el “premio” y me dispuse a tomar mi café. El lugar tenía apenas algunas luces prendidas y el sol apenas asomaba. Hacia un frio de locos y me compadecí de los pibes que lavaban mi auto. Me los imaginaba con los dedos ateridos de frio y pensé que una buena propina se la merecían. Pero también caí en cuenta que la tristeza me tomaba por la espalda y no podía soltarme, a pesar de que mucho tiempo le fui ganando, batalla tras batalla. La verdad es que no tenía muchas ganas de dar vueltas en el tacho...

De película.


El otro día fui al médico, porque comenzó a dolerme de nuevo la espalda, del día que me convertí en actor de una película de acción llamada “a la mierda con las Oreo”. Salí del médico y me senté en un spot a tomarme un cafecito y recordar (recordar posta) lo que me paso ese día. Primero, llamé a mi señora, le conté lo que me dijo el médico (más calmantes, nada que sea preocupante) y que iba a seguir camino con el tacho.

De manual


Cuando alguien me habla de cine, recuerdo la vez que entre en un Full, me senté, me pedí un café y lo vi. Ahí, sentado, solo, con una Coca y los restos de una factura a medio comer en un platito.

¡Como me embolan los museos!

 

¡Cómo me embolan los museos! Soy un tipo sencillo (y no me vengan con que “podes ser sencillo, pero que te guste el arte”, por favor), prefiero ver una buena portada de un disco de Pappo que un cuadro de Mussolini o como se llame. Pero la patrona es estudiada. Ella elige películas para pensar, yo Star Wars. Ella elige música de cámara (me corrigió mil veces hasta que aprendí que es “música de Cámara” y no de “camerata”, que “camerata” es la banda que toca la música, o algo así), ella prefiere ir a un museo y yo, quedarme en el sillón mirando la carrera de lo que sea.